A pesar de sus esfuerzos, España no logra dar la talla en Formación Profesional, una modalidad de aprendizaje que aquí no ha logrado el prestigio y el grado de empleabilidad que tiene en otros países europeos, como Alemania o Suiza.
La crisis económica la ha propiciado, eso sí, porque el número de alumnos matriculados prácticamente se ha duplicado en estos años de recesión. Los 462.492 que había en el curso 2007/2008 se han convertido en 793.034 en 2014/2015. Seis de cada 10 de los inscritos está por encima de la edad teórica que correspondería a estos estudios. Eso significa que la FP es una opción de retorno a la educación. Hay muchos alumnos mayores de 35 años -sobre todo mujeres- que durante la época de bonanza económica abandonaron sus estudios prematuramente y ahora utilizan la FP para aumentar las posibilidades de obtener un empleo.
Sin embargo, aún estamos lejos de que la FP llegue al nivel de otros países. El porcentaje de los titulados en España es del 33,3%. Se encuentra por debajo de la media de la OCDE (el 39,7%) y de la UE (el 46,1%).
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